- Ejemplo nº 1: Adoptar el concepto de relación de interdependencia
- Ejemplo nº 2: Aprender a identificar los signos de la codependencia
- Ejemplo nº 3: Haga que la regla de no contacto sea sobre usted
- Ejemplo nº 4: No rompa el no contacto
- Ejemplo nº 5: No te obsesiones con las redes sociales de tu ex
- Ejemplo nº 6: Escuche a su cuerpo
- Ejemplo nº 7: Aprender a pedir claridad
- Ejemplo nº 8: Aprender a defenderse uno mismo
- Ejemplo nº 9: No sea grosero al fijar sus límites
Ayer entrevisté a un psicólogo licenciado durante una hora para preparar este debate sobre cómo establecer límites con un ex.
Después de hablar con ella y añadirle algunos retoques propios, he elaborado una lista de 9 límites que considero esencial establecer después de una ruptura.
- Asumir el concepto de relación de interdependencia
- Aprender a identificar los signos de la codependencia
- Haz una regla de no contacto para ti y no para tu ex
- Completar con éxito una regla de no contacto
- No te obsesiones con las redes sociales de tu ex
- Escucha a tu cuerpo
- Aprender a pedir claridad
- Aprende a defenderte
- No seas grosero al poner los límites
¡Bien, empecemos!
Ejemplo nº 1: Adoptar el concepto de relación de interdependencia
Ayer tuve el placer de entrevistar a una psicóloga bastante popular llamada Julia Christina.
Se especializa en muchas cosas diferentes, pero entre ellas, identifica las relaciones codependientes y enseña a las personas a poner límites.
Lo realmente fascinante de hablar con ella fue la íntima conexión entre estos dos conceptos.
A menudo, las personas que tienen una relación de tipo codependiente luchan por establecer límites.
En esta entrevista, habló mucho de aceptar el concepto de una relación interdependiente.
Por lo general, cuando le pregunto a alguien: "Oye, define una relación codependiente para mí", van a hablar mucho acerca de cómo existe esta relación disfuncional en la que una persona es el cuidador, y la otra persona sólo se aprovecha continuamente de ellos.
Pero cuando le hice esa pregunta, no me contestó así, sino que empezó a hablar de lo que no es una relación codependiente.
Y para citarla exactamente,
"Para hablar de lo que es la codependencia, creo que primero tenemos que hablar de lo que no es la codependencia y de lo que significa no estar en una relación codependiente". Así que lo contrario de la codependencia no es la independencia. Lo contrario de la codependencia es la interdependencia. Cuando estamos en una relación interdependiente, significa que ambas personas están ahí para la otra, y ambas personas tienen un sentido de sí mismas...dentro de la relación. Ambas personas no se necesitan mutuamente todo el tiempo. Tiene que haber un cierto elemento de necesidad de una persona en tu vida, o si no, ¿qué sentido tiene? Sólo estás viviendo vidas paralelas en lugar de interdependientes. Así que sí, realmente pienso en eso.
Y supongo que el marco de referencia que hay que tener al considerar una relación interdependiente es que los individuos caen a menudo en la falsa creencia de pensar que todo lo que necesitan para completar su vida es otra persona.
Estás ahí sentado pensando que falta una parte de ti, y que si pudieras encontrar a esa persona para ti, esa parte que falta se llenaría.
Pero lo que creo que Julia señala aquí con astucia es que en realidad no es así.
Las mejores relaciones suelen formarse cuando las personas, a las que no les falta ninguna pieza, que se sienten seguras de sí mismas y autosuficientes, entablan relaciones entre sí. Y entonces se ayudan mutuamente, pero no dependen totalmente unas de otras.
Ese es, en esencia, el primer cambio de paradigma que creo que hay que experimentar, sobre todo cuando se trata de un ex. Pero entraremos en eso dentro de un momento.
Ejemplo nº 2: Aprender a identificar los signos de la codependencia
Reconozco que puede parecer poco convencional comenzar este artículo haciendo especial hincapié en la codependencia. Después de todo, es algo de lo que he hablado mucho en el pasado.
Sin embargo, desde mi punto de vista, una proporción significativa de los clientes que buscan mi coaching o leen ávidamente artículos como éste suelen mostrar estilos de apego ansioso.
Aunque muchos dudan en reconocer este hecho, mis observaciones confirman su veracidad. Un aspecto crucial para abordar esta cuestión es discernir si usted encaja en esta descripción.
Entonces, ¿cómo saber si estás en una relación codependiente? Hay varios indicadores reveladores:
- Estilo de apego ansioso: Lamentablemente, nuestras encuestas internas revelan que el individuo medio que busca nuestro coaching muestra un estilo de apego ansioso.
- Naturaleza reactiva: Si te alarmas cuando tu ex o tu pareja no responden inmediatamente, es una señal de alarma. El matiz crítico aquí es que tu preocupación no emana de la ira debido a su falta de respuesta (aunque esto puede ocurrir ocasionalmente si se ha formado un patrón), sino que te alarmas porque temes haber cometido un error, desencadenando ansiedad, pánico o incluso desesperación.
- Imposibilidad de conceder espacio: Si su pareja desea un poco de tiempo personal después de un día agotador -por ejemplo, dedicarse a un hobby o leer un libro- y su reacción por defecto es preguntarse: "¿Qué he hecho? ¿Por qué están enfadados conmigo? ¿Por qué este trato?", significa que tiene una mentalidad codependiente. Las personas codependientes suelen proyectar erróneamente sus ansiedades internas en sus parejas, que pueden percibir las situaciones de forma diferente.
- Resistirse a su independencia: Si la idea de que su pareja tenga amigos y aficiones independientes le inquieta, es otra señal de alarma. Aunque pasar demasiado tiempo separados puede ser preocupante, las salidas o encuentros ocasionales con amigos son normales. Las personas codependientes suelen enfrentarse a esta realidad, sintiéndose amenazadas e inseguras, lo que provoca conflictos innecesarios.
- Dificultad para establecer límites: Un rasgo que define a las personas codependientes es su dificultad para establecer límites. Nuestro principal objetivo al trabajar con ellas es inculcarles habilidades para establecer límites y ofrecerles una nueva perspectiva. El objetivo no es recalibrar su brújula moral, sino orientarles hacia las ventajas de una relación interdependiente frente a una codependiente.
Ejemplo nº 3: Haga que la regla de no contacto sea sobre usted
Ni que decir tiene que el principal límite que debes establecer con tu ex es un periodo de no contacto.
He discutido ampliamente la regla de no contacto en este sitio web.
Pensé que sería interesante solicitar la opinión de Julia, la psicóloga, sobre este tema.
Una vez más, vea mi entrevista con ella aquí,
En mis interacciones con terapeutas y psicólogos, he observado un amplio espectro de opiniones sobre la regla del no contacto.
Algunos de mis clientes de coaching han compartido las perspectivas de sus terapeutas al respecto, y no parece haber una postura unánime.
Durante mi reciente entrevista con Julia, le pregunté específicamente sobre su opinión acerca de la regla de no contacto. Ella cree firmemente que después de una ruptura, es esencial hacer cumplir un límite de no contacto. Esto le da a su mente el espacio para recalibrar y restablecer. Julia hizo hincapié en que si bien es normal querer que su ex de vuelta al inicio del período de no contacto, lo mejor es retrasar esta decisión hasta el final.de esta fase. Para entonces, la lógica y no la emoción guiará tu toma de decisiones.
Me gustaría añadir que la regla del no contacto debe servir sobre todo para tu bienestar. Aunque algunos adoptan esta regla con la esperanza de que haga que sus ex les echen de menos, nuestros datos sugieren que esta expectativa a menudo conduce a la decepción.
Nuestras entrevistas con quienes lograron reunirse con sus ex revelaron que aprovecharon el periodo de no contacto para seguir adelante y evolucionar más allá de la dinámica de su relación anterior.
Profundizo en ello en mis artículos y en algunos de mis vídeos de youtube más recientes,
Curiosa, le pregunté a Julia cuál era la duración ideal del periodo sin contacto.
Recomienda 90 días, en comparación con el típico periodo de prueba en un nuevo trabajo, lo que, en su opinión, da tiempo suficiente para adaptarse y comprender las nuevas circunstancias.
Aunque sugiero un plazo más corto, de 45 días, si el objetivo es la reconciliación, me parece intrigante escuchar el punto de vista de un psicólogo.
La mayoría de mis recomendaciones sobre la norma de no contacto coinciden con las suyas, salvo en lo que respecta a la duración. Irónicamente, muchas personas que inicialmente incumplen la norma de no contacto suelen acabar observando de todos modos un periodo de no contacto de 90 días.
Ejemplo nº 4: No rompa el no contacto
Hay una marcada diferencia entre establecer el límite de "no me comunicaré con mi ex después de esta ruptura" y "no me comunicaré con mi ex durante 45 días después de la ruptura".
Cuarenta y cinco días es bastante tiempo, y pueden ocurrir muchas cosas durante ese periodo.
Es común sentir la tentación o el impulso de romper la regla de no contacto.
Sin embargo, es comprensible que de vez en cuando se incumpla esta norma.
La preocupación surge cuando estableces la norma de no contacto, la rompes, la vuelves a establecer y vuelves a romperla. Esta incoherencia indica a tu ex que no puedes mantener los límites.
Pero hay un problema aún mayor: al iniciar un periodo de reflexión y luego interrumpirlo prematuramente, se reduce la eficacia de la norma con cada intento sucesivo.
Es esencial reconocer que saltarse la norma de no contacto no ofrece ninguna ventaja real.
- Las excepciones pueden ser la necesidad de cambiar artículos
- Estar en una situación que obliga a una comunicación limitada
- Si tu ex expresa su deseo de reconciliarse y tú compartes ese sentimiento.
De lo contrario, tiene poco mérito incumplir la norma.
Para ilustrarlo, volví a consultar a Julia.
Preguntada por las personas que infringen a menudo la norma de no contacto, insistió en la necesidad de reflexionar sobre las intenciones y los posibles resultados: ¿sirve de algo infringir la norma? ¿puede garantizar el resultado deseado?
Le planteé una hipótesis, actuando como un cliente deseoso de romper la regla de no contacto con la esperanza de persuadir a un ex para que volviera.
En respuesta, preguntó si se habían resuelto los problemas que llevaron a la ruptura.
Cuando le mencioné que la ruptura se debía a un simple malentendido, indagó más, subrayando que un "malentendido" de ese tipo era lo bastante importante como para provocar una ruptura. ¿Podría una sola conversación resolverlo de verdad y allanar el camino hacia un futuro armonioso?
Tanto Julia como yo queremos subrayar que, aunque es fácil engañarnos con nociones idealizadas de reconciliación, la realidad suele ser distinta.
Muchos recordarán la icónica escena de la película de los 80 en la que John Cusack, con un radiocasete sobre la cabeza, hace un gran gesto romántico.
Aunque esto podría funcionar en el cine, estos grandes gestos rara vez se trasladan bien a la vida real durante el periodo de no contacto.
Ejemplo nº 5: No te obsesiones con las redes sociales de tu ex
Esta es relativamente nueva, pero creo que es importante.
Sabemos por la ciencia y los datos que cuando estás pasando por una ruptura, tus niveles de cortisol aumentan significativamente.
El cortisol suele denominarse la hormona del estrés.
Durante un periodo sin contacto, el objetivo suele ser reducir el cortisol, ya que si se mantiene elevado durante un periodo prolongado, podría tener que luchar contra los efectos de la ruptura hasta seis meses.
Tú no quieres eso.
El reto es que cualquier cosa que te recuerde a tu ex o que te provoque celos u obsesión por él puede aumentar tu cortisol. Las redes sociales son un arma de doble filo en este contexto. Pueden ser una herramienta increíblemente útil si tu objetivo es reconciliarte con tu ex. Sin embargo, pueden ser perjudiciales si revisas constantemente las actualizaciones de tu ex y te obsesionas con sus actividades o posibles nuevas relaciones.
Desde un punto de vista psicológico y neuroquímico, este comportamiento sólo sirve para elevar tus niveles de cortisol, aumentando el estrés.
Es vital que establezcas este límite para ti mismo, sobre todo si tiendes a obsesionarte o si tuviste una relación codependiente y estás desesperado por reencontrarte.
Mi recomendación es que dejes de seguir a tu ex, no que le quites la amistad, pero mantente disciplinado en no ver sus perfiles. Muchos de mis clientes reciben este consejo: cuando se trata de redes sociales, céntrate en publicar en lugar de navegar.
Ejemplo nº 6: Escuche a su cuerpo
Este consejo puede parecer obvio, pero tu cuerpo suele indicarte cuándo estás preparado para algo y cuándo no.
Una situación que me viene a la mente es la de las citas tras una ruptura.
Muchos expertos, entre los que me incluyo, suelen aconsejar que, tras una ruptura, crear una sensación de pérdida y aparentar que se sigue adelante puede ser beneficioso.
Esto puede significar tener citas o descargarse aplicaciones de citas.
De hecho, la ciencia apoya que tales estrategias pueden ser eficaces.
Sin embargo, ten en cuenta lo siguiente: si te encuentras temiendo estas citas hasta el punto de llorar, como he oído de algunas mujeres que lloraron en el camino a las citas posteriores a la ruptura, es una clara señal de tu cuerpo de que no estás listo para salir de nuevo.
Es posible que sientan que no hacen más que cumplir con su deber y que se cuestionen la finalidad de todo esto. Si es así como te sientes, no pasa nada.
Cada persona se adapta a los periodos posteriores a una ruptura a su propio ritmo, por lo que es fundamental que prestes atención a las señales de tu cuerpo.
No hay mucho más que profundizar en este tema.
En pocas palabras, si tu cuerpo te sugiere que necesitas un fin de semana tranquilo, concédete ese lujo.
Ejemplo nº 7: Aprender a pedir claridad
Supongamos que no estás en un periodo de no contacto y que has pasado a la fase de los mensajes de texto.
Ahora, imagina que tu ex te manda un mensaje diciendo que te echa de menos.
¿Cómo reaccionar?
La respuesta adecuada es buscar claridad.
Por ejemplo, si tu ex te envía un mensaje del tipo "Te echo de menos", puedes responderle con un agradecimiento, como "Gracias por decirlo. ¿Qué quieres decir con eso?".
Del mismo modo, si comentan lo bueno que es saber de ti, podrías responder con un "Te lo agradezco. ¿Por qué lo mencionas ahora?".
Establecer este límite es especialmente beneficioso si crees que tu ex tiene tendencia a aprovecharse de tu generosidad, como suele ocurrir en las relaciones codependientes. Este comportamiento podría manifestarse como un apalancamiento para obtener apoyo emocional sin reciprocidad.
Una tendencia que hemos observado es que a muchas ex parejas les cuesta soltarse tras la ruptura.
Sin embargo, en lugar de ofrecer compromiso u otras formas de intimidad, puede que simplemente se apoyen en ti para obtener consuelo emocional.
Por ejemplo, pueden acudir a ti para pedirte consejo sobre nuevas relaciones o problemas personales, aprovechando tu disposición a ayudar. Luego, una vez que han recibido el apoyo que buscaban, pasan rápidamente a su siguiente interés.
Este comportamiento puede asemejarse a ciertas tendencias narcisistas, en las que los narcisistas prosperan con un suministro continuo de atención. A menudo poseen una extraña habilidad para decir precisamente lo que se necesita para atraerte, como "te echo de menos" o "te quiero".
Por ello, es crucial pedir siempre claridad para entender sus verdaderas intenciones.
Ejemplo nº 8: Aprender a defenderse uno mismo
Durante la entrevista de ayer con Julia (sé que la he mencionado con frecuencia, pero planteé preguntas pertinentes para este artículo), también me dirigí a nuestra comunidad.
Uno de nuestros miembros planteó a Julia una pregunta muy interesante sobre cómo establecer límites con amigos y familiares cuando te presionan para que te cases o tengas hijos, especialmente cuando no son tus prioridades inmediatas.
La respuesta de Julia fue esclarecedora. Sugirió decir algo así como,
"No hemos tomado ninguna decisión al respecto. Le informaremos cuando lo hagamos. Mientras tanto, ¿podría abstenerse de preguntar?" Esto ejemplifica el principio de defenderse.
Julia destacó un matiz que a menudo se pasa por alto, al señalar que muchas de las personas que se enfrentan a estas presiones, especialmente en lo que respecta al matrimonio y la familia, son mujeres. La sociedad impone a veces a las mujeres la expectativa de mantener la paz, una expectativa que no siempre está en consonancia con sus mejores intereses.
A veces, lo más sensato es hacerse valer. Sin embargo, es esencial ser asertivo sin ser grosero.
Esto nos lleva a nuestro noveno límite.
Ejemplo nº 9: No sea grosero al fijar sus límites
Me gustaría introducir este concepto con una cita de Julia:
"Se pueden establecer límites de forma compasiva. Muchos de nosotros, entre los que me incluyo, intentamos no parecer maleducados. Nunca pretendo herir sentimientos, pero tampoco quiero comprometer mis valores y mi comodidad. Se trata de encontrar un equilibrio. ¿Cómo establezco un límite que tenga en cuenta tanto mi comodidad como los sentimientos de la otra persona? Siempre pienso en la percepción del otro, lo que me lleva a establecer límites con más empatía.Por eso aconsejo establecer límites que sean a la vez claros y compasivos".
Reflexionando sobre el ejemplo de Julia acerca de la presión matrimonial, se podría interpretar la respuesta inicial como ligeramente brusca.
Un enfoque más suave podría ser: "Agradezco tu preocupación, pero no estoy preparado para hablar de esto ahora, ¿podemos retomarlo más tarde?".
El reto consiste en transmitir tus límites con compasión, sin alienar a los demás. Especialmente con las ex parejas, donde las emociones están a flor de piel, es fundamental tener un toque delicado. Por suerte, la mayoría de las comunicaciones con las ex parejas tras la ruptura se realizan por SMS, lo que te da el lujo de tener tiempo para meditar tus respuestas.